Hay lugares a los que no se llega por impulso, sino por accidente.
Cosas frías no pretende decir mucho. Pero observa.
Aquí no hay urgencia.
Solo fragmentos, objetos, palabras, ideas, escenas sueltas. Algunas han sido recogidas del suelo; otras, olvidadas a propósito. Todas comparten algo difícil de definir: una temperatura baja, un tipo de belleza sin alardes, cierta resistencia a derretirse.
No trabajamos con la novedad. Ni con el escándalo.
Preferimos el eco a la voz, la pausa a la afirmación, lo que no busca ser viral sino ser encontrado por azar.
Cosas frías es una colección sin vitrinas.
Una revista sin periodicidad.
Un archivo sin índice.
Aquí caben microensayos, fotografías con niebla, citas sin autor, listas de palabras que nadie usa, y todo aquello que nos hace pensar sin calentar. Nos interesan las estructuras del lenguaje, las estéticas del vacío, las narrativas incompletas, lo que se repite sin ruido.
Puede que esto no sea para todos.
Pero si has llegado hasta aquí, es posible que sí sea para ti.
Toma algo de abrigo, y sigue explorando.